DISCURSO DEL ARTE COMO JUSTIFICACIÓN DEL RETO ARTÍSTICO DE LA PINTURA

Hablar de arte es hablar de una forma de crear realidad. No es pintar una flor, sino hacerla florecer en la obra que se está pintando.

Para aprender a pintar hay que ponerse a pintar y a pintar; es decir, recrear la realidad, una y otra vez. En esta idea, se busca empezar a pintar paisajes, como la inducción al arte de la pintura, ya que permite expresar con más fuerza las emociones con las diversas tonalidades que existen en los colores.

Como principiantes, usaremos vinilo en vez de óleo, para asimilar la carga que implica entrar y salir de nosotros al momento de pintar. Pero cuando nos encontremos más aventajados, usaremos óleo sobre lienzo.

Para que la pintura sea arte, no debe buscar imitar la naturaleza, sino pintar emociones que nos surgen en el contacto con las cosas. Pablo Picasso decía: “Yo no pinto las cosas como las veo, sino como las pienso”.

En todo paisaje se empieza por el fondo, como lo es el cielo. Hay cielos de colores cálidos como los atardeceres y los fríos como los amaneceres. El estilo de mover el pincel, es el movimiento de un dios que está creando y moldeando las cosas que de él se están originando. Por eso es necesario alejarnos de trucos para pintar y lograr ciertos efectos; además, no debemos empezar a dibujar un boceto en el mismo lienzo o tabla en la que luego aplicaríamos la pintura.

Se puede crear un boceto preliminar a la pintura, pero no se debe pintar sobre un dibujo. Cuando manchemos la tabla o lienzo con la pintura, debe haber una carga emocional, con una intención de seguridad y usar las diversas tonalidades que puedan transmitir nuestras emociones.

 Dibujar es trazar o rayar. Pintar es manchar. La mejor es no mezclarlas, pues el carbón del lápiz no es compatible químicamente con el aceite del óleo. En algunos casos, el pintor debe colocar mucha pintura para tapar la marca del lápiz que emerge tras las capas de pintura.

Cuando se pinta una obra de gran composición, se pinta los colores bases, no es necesario que sea el color definitivo. Pero no se debe colocar la luz desde la primer capa, pues químicamente, hablando del óleo, traspasa esa capa a las oscuras. Lo mejor es usar primero colores de base, luego sombras y después las luces.